domingo, 3 de agosto de 2014

AMAZONIA - Viaje a su Interior IV

Nuestra única oportunidad se halla en las áreas de reserva. Estas deben asegurar hábitats que abarquen áreas suficientemente grandes, garantizar un régimen natural de agua y darle suficiente espacio a la evolución.
Para la Amazonia “grande” significa la mayoría de las veces “muy grande”. Es recién cuando sistemas fluviales enteros y su correspondiente cuenca hidrográfica se encuentran bajo la protección en una reserva, cuando los bosques desempeñan su función climática y cuando la evaporación propia de la selva asegura suficientes precipitaciones en el marco de su esquema natural, que podemos estar seguros que los ecosistemas y su abundancia de especies serán preservados.



En el caso de la Amazonía esto quiere decir que se necesita de áreas de reserva cuyas extensiones superen el millón de hectáreas, para que así sean capaces de contener todas las zonas geográficas, geológicas y climáticas que les corresponden. Desde las pendientes orientales de los Andes hasta las sabanas húmedas del sur, desde los terrenos pantanosos de Venezuela hasta las selvas fluviales de Brasil.

Lo que también es muy importante es que todos estos territorios estén conectados entre sí. Solo así los animales podrán migrar de zona a zona y las plantas podrán adaptarse a las diversas y cambiantes condiciones ambientales reinantes.
Además, necesitamos dispones de técnicas inteligentes de aprovechamiento de suelos así como una explotación de tierras sostenible y duradera para toda la región.


Esa es la única forma en que podremos legar a las generaciones venideras un tesoro en gran parte completo, el cual ya hemos saqueado de manera alarmante. Juntos podemos conseguir preservar espacios relevantes y representativos de la Amazonia.
  

No hay comentarios:

Publicar un comentario